coquetas escolares

A pesar de que he avanzado cientos de kilómetros durante este viaje, no saben cuan lejos estoy de llegar a mi destino. Quedarse pegadito y demorarse más de la cuenta en llegar a "ese" lugar, cuando la búsqueda es incierta es bastante común, o de esa forma me han consolado mis nuevos amigos, quienes aseguran tener máster en esto del viaje con mochila (actualmente con rueditas) y laptop.
Ayer nos quedamos conversando con Fernán y Guadalupe en la plaza, nos compramos unos cafés, unos puchos bien malos (los únicos que hay hasta el sábado) y una botella de agua. Veníamos paseando desde las 10 de la mañana, mirando las puertas de este pueblo, que son realmente impresionantes, gran trabajo de tallado en madera, digno de horas de contemplación. Este análisis del lugar nos llevó a una agradable conversa por lo cual decidimos tomar asiento en el primer banco que encontramos para seguir con la plática.
Ni la pasión de Lupe por intentar explicarnos, en su sensual español, qué es lo que piden las mujeres, ni mi profunda discordancia, lograron mantenernos discutiendo durante la salida del colegio que teníamos al frente, especialmente cuando les tocó el turno a las teenagers con desarrollo corporal completo, momento en que definitivamente nos callamos y pasamos a un estado de embobamiento total. Nunca había visto tantos vuelos fuera de una pollera de flamenco. La silicona no era necesaria, bastaba tener unos retazos extras de géneros, recogerlos con hilo para conseguir el pliegue y adherirlos a la blusa en el sector que en costura se le llama "busto". Lo relacioné con aquellos días de revisión de largo de pollera, 3 dedos sobre la rodilla máximo, en que más de alguna pretenciosa se iba con la basta descosida a la casa pasando la verguenza de esperar con pollera de monja en el paradero atestado de guapos escolares del sector, en castigo por querer o tratar de mostrar los atributos que habían debajo de esos siniestros sacos llamados uniformes escolares (no jumpers precisamente).
Como se hubieran relamido los bigotes las monjas y prefectas de disciplina de mi colegio con tanta tijera que meter en este establecimiento si en vez de vuelos hubieran sido bastas!!! Que falta de dignidad haber enaltecido una parte del cuerpo tan provocadora, tan ordinaria!- hubieran seguramente pensado.
Si llegué a una conclusión en esa media hora, no fue precisamente que este es el lugar para instalar una sucursal de tan endemoniado colegio, ni tampoco llamar a la producción de "Cirugía en Cuerpo y Alma" para que a estas niñas les aumentaran su volúmen como a la Carlita Ochoa, no! Sino que concordar una vez mas cuán maravillosas son las expresiones humanas y por supuesto el oficio de vestir...
Qué es lo que quieren mostrar con tanto "vuelo" esas chicas que al volver a sus casas tienen que hacerse cargo de sus hermanos, de sus quehaceres domésticos y agrarios? Qué es lo que busca provocar una chica de un remoto pueblo, olvidado en medio de una irregular geografía, en esa hora de libertad que demora en llegar a su hogar?
Me encantaría quedarme acá e investigar el perfil sicológico de las féminas en cuestión, pero el tiempo es corto y debo seguir este viaje, sólo puedo decir con seguridad que es el simple hecho de ser mujer.
Querer mostrar, externalizar el hecho de que ya son mujeres, al igual que nosotras lo hacíamos en pleno corazón de la ciudad en la salida de los respectivos colegios cuando nos arremangábamos las polleras para mostrar que las piernas ya tenían la forma, el largo y grosor adecuado...hacer que se fijaran, que nos miraran. No importa donde sea, de donde vengamos, la mujer ha sido así desde siempre. Pinturas corporales, adornos, englobados trajes, vistosos kimonos...polleras cortas y vuelos.
Externalizar esos deseos a través del vestuario e indumentarias, reflejar ese espíritu en algo visible, tangible. Mostrar que ya se es mujer potenciando los atributos físicos y llamar la atención del hombre. Que maravilla!!!
Lamentablemente ninguno de los 3 andábamos con cámara de fotos, y tampoco tengo un scaner para mandar los dibujos, pero seguro que lo incluiré en alguna publicación mas adelante, del estudio que espero nazca con este viaje de observación.